¿Qué es el benchmarking?
Este término anglosajón hace referencia a una medida de calidad de la empresas, y no es ni más ni menos que estudiar a la competencia y hacer un seguimiento de todas aquellas compañías del sector que demuestran grandes prácticas sobre el área de interés que se quiera mejorar, sean o no competencia directa de nuestra empresa.
El propósito final es el de transferir el conocimiento de las mejores prácticas y su aplicación para mejorar la posición competitiva de nuestra empresa en el mercado.
Es decir, el benchmarking trata de tomar como compradores los productos, servicios y procesos de trabajo de las organizaciones que consiguen grandes resultados con su modo de hacer.
¿Qué no es el benchmarking?
Si queremos aplicar esta práctica a nuestra empresa debemos tener claro que el benchmarking no es un análisis de la competencia, ya que como decíamos, también trata de estudiar otras empresas que no tengan nada que ver con la nuestra pero que en cambio destaquen en cualquier área que nos interese imitar o mejorar.
El benchmarking tampoco es un espionaje industrial, tan sólo es una práctica que trata de poner de ejemplo a los mejores para aplicar todo aquello que pueda hacer mejorar a nuestra empresa.
Principales ventajas del benchmarking
Si esta práctica la hace una empresa especializada, siguiendo los pasos indicados, la compañía obtendrá grandes beneficios, siendo el principal el de mejorar los aspectos de nuestra empresa más deficientes y que requieren mejoras.
Cuando las mejoras se centran en los productos, estos pueden incrementar su calidad y que el consumidor aprecie una mejora en la calidad-precio de los mismos. Esto se consigue estudiando los productos de otras empresas para descubrir porqué duran más o funcionan mejor. Los ingenieros químicos son muy útiles para analizar productos de alimentación y limpieza y descubrir los elementos que contienen.
Esta práctica es también una forma más de evitar el conformismo y estancarse, ya que es una fuente constante de nuevas ideas y deseos de mejorar.
Un estudio de benchmarking también puede conseguir que la empresa mejore su mano de obra y la haga más eficiente. Por ejemplo, estudiando como otras fábricas del sector utilizan robots que suponen un ahorro en mano de obra sin la pérdida de calidad del producto.
Una empresa que ha utilizado el benchmarking deberá aprovechar todas las ventajas de las mejoras de sus productos o servicios creando campañas publicitarias, anunciándolo en su página web, redes sociales o blog para que sus clientes y consumidores se animen a probarlos o mejore la imagen de marca de la compañía.