El Sandbox o Caja de Arena es un término SEO que se refiere al periodo de tiempo que impone Google a una nueva pagina web desde que se lanza hasta que comienza a posicionar. Dicho de otro modo, es el periodo de tiempo desde que se lanza una web hasta que Google y demás buscadores la comprueban, verifican y comienzan a servirla en los resultados en posiciones relevantes.
Este periodo de tiempo puede variar según diversos elementos como el tipo de web o Keywords trabajadas y en función del trabajo SEO que se realice, por lo que se puede recortar. Sin embargo, en la mayoría de casos este periodo suele durar entre seis meses y un año.
Desde el punto de vista de Google, como buscador, su deber es facilitar sitios web que respondan lo mejor posible a la intención de búsqueda del usuario. Para ello, Google tiene su famoso algoritmo.
Sin embargo, tratando por igual a las páginas nuevas y las páginas ya consolidadas se daban situaciones en las que las páginas nuevas, mejor optimizadas desde el punto de vista SEO, posicionaban mejor que las ya existentes. El problema llega cuando estos sitios web tan optimizados para el SEO no responden a la intención de búsqueda o no son satisfactorios desde el punto de vista del usuario, ya sea por Usabilidad o por cualquier otro motivo.
Es entonces cuando Google decide establecer el llamado Sandbox y someter los nuevos sitios web a una «prueba» o «verificación» continuada antes de comenzar a posicionarlos.
Realmente, es «imposible» evitar pasar por el Sandbox, ya que Google lo impone a todos los nuevos sitios web. Sin embargo, sí se pueden acortar los plazos de manera relativamente sencilla: continuar trabajando sobre la web.
La mejor forma de salir antes del Sandbox es no obsesionarse con esto y seguir trabajando los progresos de la web: trabajar los contenidos, conseguir enlaces, conseguir tráfico, etc. Siempre de forma progresiva y que aparente naturalidad para evitar cualquier tipo de penalización.
Esta tarea puede hacer que tu web comience a posicionar en cuestión semanas en lugar de seis meses o incluso un año, que es lo más común.